El poder de una barra de labios.

24 septiembre, 2019

Maquillar los labios, un gesto que repetimos desde la antigüedad. Para entender su relevancia nos remontamos a la antigua Mesopotamia. En aquella época se fabricaban ungüentos que se aplicaban en los labios para embellecerlos,  sin embargo, el acto de maquillarlos no era nada elegante, resultaba imposible dar color a los labios sin mancharse. En 1884 la casa francesa Guerlain pone a la venta por primera vez en la historia una barrita de labios que consistía en una mezcla hecha con aceite, cera y sebo de animal, envuelta en un ostentoso papel de seda. Más tarde, en 1915, se inventa un cilindro metálico en el que se inserta el labial, pero no es hasta 1923 cuando se le da un giro a este invento incluyendo un mecanismo que hace que el labial gire pudiendo subir y bajar cómodamente la barra de labios. Así nace la más efectiva herramienta contra el drama: surge el poder de la barra de labios.

Maquillarse los labios es una acción que eleva a su máxima expresión la feminidad de la mujer. Nos encanta la apariencia que damos al mundo, nos gusta proyectar como nos sentimos a través del maquillaje, mostrar nuestro buen estado de ánimo e incluso presumir de una magnifica salud. Podría considerarse también como uno de los recursos más usados para luchar contra nuestros propios miedos. Pintarnos los labios mirándonos al espejo reafirma nuestra fortaleza, nos hace sentirnos seguras y poderosas, de ahí la relevancia que ha tenido a lo largo de la historia.

Con tan solo una barra de labios nos podemos comer el mundo!